"No se vuela porque se tienen alas sino que las alas crecen porque se ha volado"
Una vez
más, al empezar el año empiezan las reflexiones más profundas que conducen a
ser más expresivos... Y es que ya ha pasado otro diciembre y se acerca la mitad
de enero, aunque el frío intenso parece que aún no ha llegado. Las buenas
puestas de sol sí, que considero el sustitutivo, en invierno, de los colores de
la primavera. Además, con los temporales de viento pasados, las gamas de
colores de los ocasos han sido impresionantes.
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Es en muy pocas ocasiones que se tiene la sensación de haber aprovechado todo el tiempo al máximo; disfrutando, valorando y haciendo todo lo posible para fortalecer la relación con las personas que aprecias. Pero al ver el final de un principio, o el principio de un final, procuramos esforzarnos para que esto no pase, para no sentir haber desaprovechado lo más mínimo en un futuro. Lo más difícil, entonces, es aprender a esforzarnos para aprovechar cada preciso momento -en un lugar preciso y con alguien especial- sin ser conscientes o saber que ello va a cambiar o va tener un principio que acabará en final.

Gran motivación es la de ir en busca de esos momentos, que se convierten en días, semanas y épocas de vida. Más aún tener personas con quien compartirlos. En otros casos, la suerte de tener un objetivo a mano permite tener la sensación de que en caso de que se dé un preciso momento especial, éste podrá ser compartido en un futuro con quién se desee. Al escribir esta misma frase uno se da cuenta de que sólo se está valorando un sentido, la visión. Ese momento engloba muchas más cosas, que en caso de que lo quisiera compartir con una persona que careciera de visión, le haría quizá más hincapié en qué se oía en ese lugar, y a qué olía, y qué textura tenía el suelo cuando notaba mis pies caminar. ¿No lo "véis"? Ser consciente y valorar los momentos es algo más difícil de lo que se cree. Poner siempre todos los sentidos es más difícil de lo que se cree. Y parar por un momento "el reloj" en el que nos hacen creer que vivimos aún es más difícil de lo que parece.

La mariposa de la izquierda tenía "el reloj" parado, disfrutando de esa bella flor.
Al igual que este caracol que decidió pararlo por un tiempo para, cuando llegara el momento preciso, volver a ponerlo en marcha y vivir en mejores condiciones.
Además de otras cosas menos importantes, para este 2014 un gran objetivo es seguir aprendiendo a valorar las cosas antes de perderlas. Y lo que en un principio parece que no se va a perder, espero también saber valorarlo como se merece.
Paro el reloj aquí esta vez.
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